Viajo,
Cubiertos por una manta de flores
Salpicada de infinitos colores
Salpicada de infinitos colores
Mientras los frondosos arboles
Arraizados hasta lo mas profundo
Proporcionan sombra a mis largas y tranquilas pausas
Protegiéndome de los ardientes rayos de sol.
Mientras camino,
El aroma de las flores que me rodean
Despierta mis sentidos
Y los alaridos de los pajaros se mezclan a mi alrededor
La suave brisa revolotea mi pelo
Y se adentra en mi interior
Llenando mis pulmones de pureza.
Con paso lento,
Me acerco hasta un pequeño riachuelo
Que alimenta mi sed con sus limpias y frías aguas
Y ensordece mis oídos con su bello cantar
El viento que corretea por entre los arboles cercanos
Hace sonar las hojas que caen al agua
Cual barcos de papel
Que se dejan llevar arrastrados por la corriente.
Sigo caminando,
Y veo como el ardiente sol
Se oculta ahora tras las nevadas montañas
Dando paso a un cielo negro
Cubierto por un brillante manto de estrellas
Cesa el alarido de los pajaros
Y deja paso al dulce canto del búho y la lechuza
Que con sus suaves cantares amenizan la noche.
Y yo sigo mi viaje...
Suave y dulce es tu camino por el cual avanzan tus pasos, donde la naturaleza y alma se mezclan durante el dia, y al caer la noche, tu continuas tu viaje, entre hadas y frases encantadas, que amenizan la travesia bajo un cielo decorado de infinitas estrellas y una luna juguetona que cambia de tamaño y de orientación.
ResponderEliminarDan ganas de acompañarte durante tu trayecto.
Felicitaciones por este poema tan maravillosamente expresado.
Un fuerte abrazo, Kiya.