...alli,tumbada en la dorada y fina arena de la playa...abro los ojos y veo como las olas acarician la orilla lamiendo la superficie con suma delicadeza...despacio,levanto los ojos al cielo y miro como las blancas nubes que parecen figuritas de algodón se dejan llevar arrastradas por la suave brisa...suavemente me levando y con paso lento me acerco hasta la orilla para que las delicadas y frias olas besen mi cuerpo provocando en mi un escalofrio que recoje cada poro de mi piel...con la mirada perdida obsevo elhorizonte y veo como el sol lleno de brillo y lleno de vida juega al escondite con las blancas nubes dejando entrever algun que otro rayo,dejando asi paso a una noche llena de magia con su redonda luna y sus brillantes estrellas...me doy la vuelta y vuelvo a la fina arena de la playa donde me siento y escucho a lo lejos el delicado pero inconfundible cantar de las gaviotas que sobrevuelan las gelidas aguas...y alli,sola,en medio de tanta belleza me vuelvo a tumbar...
Que tranquilidad y sosiego, suavidad y calma... dulzura combinado con el espectaculo que ofrece tu escenario con tanta belleza,
ResponderEliminarAna, al leer tu relato.. casi llego al karma.
Precioso! y cada vez que lo leo aún mas.
Abrazote amiga.
la verdad es que yo amante de la playa y de las olas por un momento me e trasladado hacia alla .encantador
ResponderEliminarQue extraños y a la vez unicos y originales somos los humanos, echamos siempre de menos aquello que tenemos mas distante, ahora estamos en invierno y al leer tu relato añoro el verano y la playita, ya digo somos un caso, queremos siempre lo mas lejano.
ResponderEliminarEl Canela.